¿Qué es un Concept Artist? Desde el principio de los tiempos, el dibujo ha tenido un papel trascendental en la expresión de las emociones. Los diferentes estilos han evolucionado junto con la humanidad, alcanzando increíbles niveles de realismo, trayendo la fantasía a la realidad.
Gracias a esto, grandes industrias, como el cine y la animación, han crecido hasta ser gigantes del entretenimiento. Es allí donde encontramos una de las formas modernas del dibujo que más demanda ha alcanzado en el mercado laboral actual.
Esta se refiere precisamente al Concept Art, una profesión que va de la mano con la ilustración, pero que se diferencia bastante de la misma. La palabra “concepto” que encontramos en su propio nombre es quien lleva la carga de dicha desemejanza, y al mismo tiempo, el puente entre ambas.
Si eres un artista que busca especializarse en alguna de estas carreras, debes comenzar por definir cada una. De esta forma, puedes saber exactamente cuál de las dos está dentro del campo con el que te identificas.
¿Qué es el Concept Art?
Para empezar, un concept artist o artista conceptual es aquel que toma las visiones de un todo y las traduce en imágenes. Es decir que la función principal del Concept Art es expresar mediante la ilustración lo que está en la imaginación del creador, poniendo un orden a las ideas.
Por ejemplo, si un desarrollador de videojuegos necesita crear un ambiente para la construcción de una historia, recurrirá al concept artist para que este cree un boceto de los escenarios, la ubicación de los elementos e incluso la fisionomía y vestimenta de los personajes.
En la industria del cine, se utiliza el Concept Art para diseñar la escenografía y estructurar las escenas que luego los técnicos de animación traerán a la realidad.
¿Cuál es el trabajo de un ilustrador?
El ilustrador también se encarga de trabajar las imágenes para lograr un producto final que transmita una idea o concepto, e incluso una historia. Para lograrlo, emplea una gran variedad de técnicas y materiales, que abarcan tanto el arte manual como el digital.
Por lo general, el ilustrador se especializa en una rama, por ejemplo, la moda o la publicidad, en donde los dibujos transmiten mensajes claros o captan la atención del público, valiéndose de los canales visuales.
Un punto curioso es que para ser un ilustrador, debes manejar las bases del arte conceptual, pues los bocetos preliminares son precisamente, la expresión de las ideas iniciales, que más tarde se convertirán en el producto final.
Concept Artist e Ilustrador
Si quieres saber cómo ser ilustrador digital y concept artist, te contamos que en ambos casos debes seguir estudios especializados, para poder adquirir las herramientas necesarias y acreditarte como un profesional dentro de estas áreas.
Una de las diferencias más grandes entre ambas carreras es que el concept artist necesita una historia para moverse, ya que su objetivo es organizar los elementos, definir las expresiones, entre otros. Debe tener capacidad narrativa y el don de trasladar esta a una imagen.
Mientras que la ilustración es un arte que puede funcionar solo o en compañía de algún texto que la complemente.
Por supuesto, no podemos dejar de mencionar que ambas están muy unidas, especialmente en el ámbito profesional, ya que una vez que el arte conceptual está aprobado, se procede a crear sobre este la ilustración que será la que llegará hasta el público.
¿Por qué es importante especializarse en estas carreras?
Lo primero que necesitas, es ser bueno dibujando, pero eso no será suficiente. A pesar de que se pueden diseñar artes conceptuales muy buenos valiéndote únicamente de un lápiz y un papel, existen herramientas modernas que se han enlazado con este arte, especialmente en el ámbito laboral.
Para poder desenvolverte en la industria del entretenimiento, por ejemplo, siento un concept artist para videojuegos, cine y otros, debes conocer sobre las herramientas de 3D, composición, iluminación, profundidad y mucho más, dentro del mundo digital.
También es fundamental comprender el manejo y significados de los colores, para lograr transmitir las emociones de forma eficaz. Dentro de este mismo punto, es necesario conocer el uso de las diferentes texturas, así como la anatomía de cada uno de los seres vivos y la variedad de posturas expresan distintos sentimientos.
Otro punto muy valioso que aprendes a manejar a la perfección al especializarte, son los diferentes estilos de dibujo. No es lo mismo el realismo que el manga, por ejemplo, y tanto un ilustrador como un concept artist deben saber manejarse con todos los tipos. Esto incluye trazos, proporciones, armonía, entre otros elementos.
Todo esto lo aprendes de manera profesional en una academia especializada en arte. Además, obtener un título que te acredite como Ilustrador o Artista conceptual, te ayudará a desenvolverte dentro del mundo laboral, que en este momento tiene una gran demanda de ambas carreras.
¿Cuál es la salida laboral de estas especialidades?
La industria del cine, la animación y los videojuegos encabezan la lista de las empresas donde puedes ejercer como Ilustrador o Concept Artist. En los tres casos este tipo de profesiones son fundamentales, ya que dependen enormemente del desarrollo de las imágenes y la conexión empática del público con las historias y los personajes.
Del mismo modo en que estos sectores son los que mayor demanda tienen, también son los más exigentes, por lo que la excelencia es una de las condiciones principales que encontrarás si quieres aventurarte en este mundo.
Claro que existen otras salidas laborales para las cuales estas profesiones son muy solicitadas, especialmente porque vivimos en un mundo que utiliza las imágenes como una de las formas de comunicación más efectivas.
Hablamos del Concept Art como algo nuevo, sin embargo, la base de este ha estado desde la primera que se realizó por el ser humano, en el momento en que se detuvo ante la posibilidad de plasmar sus pensamientos en un dibujo. De allí en adelante ha evolucionado hasta lo que disfrutamos hoy en día.
Convertirte en un Ilustrador profesional o un Artista Conceptual es un proyecto enriquecedor, no solo a nivel académico, sino espiritual. Permite el crecimiento personal y aporta la suerte de ejercer una carrera que es realmente al mismo tiempo un hobby y una profesión.