Dibujar es una actividad muy gratificante por sí sola, además de que existen muchas buenas razones para aprender a hacerlo bien. Ciertamente, algunas personas parecen haber nacido con un don especial para este arte. Sin embargo, ello no quiere decir que no puedas lograrlo con la ayuda de las técnicas adecuadas, y una buena dosis de práctica.
Si recuerdas cuando eras un niño, realizabas tus dibujos con mucha facilidad y te sentías plenamente satisfecho con los resultados. De hecho, esta fue la primera forma de comunicación que utilizaste para decirle a tus padres y maestros acerca de tus ideas, emociones y anhelos.
Esta es una de las muchas razones por las que el dibujo, a través de su historia y evolución, ha marcado un lugar de gran valor para la humanidad. Dicha característica tan importante sigue estando vigente hoy en día, y es un motivo suficiente para que quieras aprender a dibujar. La pregunta es, ¿Puedes lograrlo? ¡Claro que sí! Y aquí te contaremos cómo.
Lo primero es estar dispuesto a aprender
Como con cualquier disciplina o actividad que desees practicar y aprender, lo primero que necesitas para comenzar a dibujar es disposición. Es importante que tengas en cuenta que no serás un experto de la noche a la mañana, pero si realmente pones corazón en ello, sí que lograrás muy buenos dibujos en menos tiempo del que piensas.
La práctica es fundamental, por eso te recomendamos dedicarte con constancia a tu proyecto de aprender a dibujar. Si reservas al menos unos 15 o 20 minutos diarios para practicar, al principio será más que suficiente.
Poco a poco, tú mismo irás aumentando ese tiempo, especialmente cuando observes lo mucho que vas mejorando. ¡Tendrás ganas de dibujarlo todo!
Comienza por dibujar retos sencillos
No esperes dibujar la Mona Lisa en dos días. Hablamos de lograr hacer muy buenos dibujos con la práctica, y eso toma tiempo. Además, como en todo, se comienza por lo sencillo. Entonces, elige motivos simples, como objetos de contornos fáciles.
Los dibujos de figuras geométricas son perfectos para iniciarte en este arte, e ideales para practicar las técnicas de sombreados. Algo que definitivamente necesitarás para darle a tus creaciones esos toques de realismo que los hacen saltar fuera del papel.
Luego puedes pasar a los jarrones y las flores. Los dibujos caricaturizados de trazos sencillos son también una buena opción para ir descubriendo cómo plasmar el movimiento y las emociones. No renuncies si tus primeros bocetos no son perfectos, recuerda que además de que estás aprendiendo, mucha de la belleza del arte radica en que es algo hecho a mano, y en el caso del dibujo aún más.
Procura más bien concentrarte en mejorar los detalles de tus obras hasta lograr una composición armoniosa que te haga sentir satisfecho.
Antes que nada, dibuja para ti mismo
Sabemos que el reconocimiento es importante y todos esperamos recibir buenos cumplidos, pero no olvides que el primer halago debe venir de ti mismo. Es decir, siempre habrán críticas y algunas serán constructivas y otras no tanto. Debes estar preparado para recibirlas todas y sacar provecho de cada una.
Pero jamás dejes que un comentario negativo te robe el ánimo y las ganas de continuar practicando. Mantén presente que tu primer incentivo es disfrutar de tus dibujos, por lo que la persona que más debe quedar encantada con ellos eres tú. Si te sientes orgulloso de tus logros, celébralos como se merecen.
Regálate los materiales adecuados
No es que para aprender a dibujar se requiera mucho, pero sí ayuda a incentivarte el contar con tus materiales básicos completos. Si además los guardas en un estuche especial para que los utilices únicamente para tus dibujos, pues mucho mejor.
Para empezar, necesitarás lápices. Puedes comenzar simplemente con un 2B que es intermedio y funciona perfectamente. Pero si quieres explorar a un nivel más avanzado, lo ideal es tener de varias durezas y tonos; es decir, con distintas densidades de claroscuros. Existen lápices especiales para dibujo que no son muy costosos y puedes elegir al menos tres distintos.
La goma de borrar es imprescindible, no solo para eliminar y corregir algunos detalles, sino para crear puntos de brillo. También la encontraras en distintas densidades. Para iniciarte en el dibujo, una goma de borrar blanda escolar es perfecta.
El papel es, evidentemente, fundamental. La mejor recomendación es adquirir un bloc de dibujo para lápices, así mantendrás tus dibujos organizados y además podrás llevarlo contigo donde quieras y dibujar cuando te plazca. Ahora, si prefieres trabajar en hojas separadas, el formato ideal es de A4 de entre 80 y 100 gr de grosor.
Finalmente, debes tener un difuminador o tortillón. Se trata de un rollo de papel prensado en forma de lápiz que se utiliza para ayudar a darle a los dibujos un acabado más prolijo y suave, difuminando los trazos. Puedes comprarlo o hacerlo tú mismo en casa fácilmente.
Ejercita tu mano y dale soltura a tus trazos
Ahora sí, hemos llegado a la parte práctica, y para empezar, aprenderemos a darle a la mano la soltura que necesita en los trazos. Puede que al principio sientas que la muñeca queda un poco cansada, pero si hay dolor es porque debes buscar otras posturas para dibujar.
Estos ejercicios parecen un garabateo, y de hecho lo son. Aunque muchos piensen que hasta allí llegó su artista interior, ahora tú sabes que esta primera etapa es solo el comienzo.
El calentamiento comienza con un trazo libre, dejando fluir el movimiento de la mano para darle suavidad. La idea principal de este ejercicio es aprender a relajarte, lo que proporciona naturalidad a tus líneas.
Luego aprenderás a tomar el control, pero sin perder la suavidad. Toma una hoja de papel y coloca puntos al azar. Ahora, intenta unirlos en una línea continua, que puede ir de arriba abajo. Mientras más puntos dispersos, mejor. Toma curvas, pero no muy cerradas, aprenderás cómo cambiar de dirección y ajustar el agarre del lápiz al dibujar. ¡Estás listo para el siguiente paso!
Dibuja líneas y círculos imperfectos
El siguiente ejercicio ya requiere un poco más de control en la mano, ya que la idea es ejercitar la direccionalidad de los trazos. Para ello, debes dibujar líneas rectas cortas a un ritmo constante y en distintas direcciones. Haz lo mismo con círculos de distintos tamaños.
Notarás como tu mano poco a poco va respondiendo mejor y crea un mejor trazo, ajustándose además a las posiciones necesarias para alcanzar la meta.
Cuando te sientas cómodo con este paso, puedes comenzar a practicar el relleno y el sombreado. Para el primero, dibuja círculos y óvalos y rellénalos con las líneas que has practicado. Trata de cubrir toda la superficie sin retocar los espacios en blanco.
En cuanto al sombreado, usarás dos métodos o técnicas. La primera es cruzando líneas cortas, en direcciones cruzadas, la segunda es realizando pequeños círculos o espirales muy juntos**. A esta última se le conoce como circulísmo**.
Practica la presión de los trazos
Saber controlar la presión de los trazos es fundamental. Para aprender a dibujar con distintas presiones, comenzarás por líneas rectas y cortas a las que irás ajustando la presión de mayor a menor y viceversa, todo en un mismo movimiento y sin levantar el lápiz. Igual que lo hiciste antes, repítelo con círculos y espirales.
Una vez que le agarres el truco, comienza a dibujar algunas figuras básicas. Realiza los primeros trazos dando poca presión y repasa sobre tus mismos movimientos aumentando poco a poco la intensidad. Recuerda siempre mantener la soltura y la suavidad que has adquirido hasta ahora.
Usando trazos cortos dibuja figuras más grandes. No trates de hacer una línea larga en una sola trazada, descubrirás que es mejor ir poco a poco. A medida que observes el resultado te sentirás satisfecho, aunque solo se trate de figuras básicas, líneas y círculos.
¡Estás listo para dibujar!
Con estos ejercicios habrás enseñado a tu mano suavidad, fluidez, control, presión, movimientos y postura. Todo lo que necesitas ahora es elegir un modelo y dibujar.
Comienza por bocetos sin mucho detalle, valiéndote de lo que acabas de aprender, y el infalible truco de dividir la figura principal en pequeñas formas geométricas. Luego ve eliminando las líneas sobrantes y dando más intensidad a los contornos.
Si te sientes con ánimos de intentar dibujos detallados y llenos de formas combinadas, prueba crear tus propios mandalas con gran significado espiritual. Tanto dibujarlos como colorearlos es una actividad relajante que ejercita la atención y la concentración, dos cosas que te serán de gran ayuda en el arte del dibujo.
Al final, pon atención a los detalles y las sombras sin olvidar la perspectiva. Difumina para un acabado integrado y agrega puntos de luz con tu goma de borrar. Practica con mucha constancia. ¡No olvides sentirte orgulloso de tu obra! ¿Listo para empezar?