Soulages, luz desde el color más oscuro
Solo tres artistas han tenido el honor de presentar una exposición individual en vida en el reconocido Museo de Louvre, y Pierre Soulages es uno de ellos. (los otros son nada menos que Chagall y Picasso). La razón de ello sería la celebración de los 100 años de vida del artista. Él, que ha retado los esquemas clásicos de la pintura, llevando a su máxima expresión el arte moderno al mismo tiempo, dando vida a un estilo único que conecta la oscuridad y la luz.
Menos colores y más luz
Pierre Soulages, pintor y escultor francés, nació en Rodez, al sur de Francia, el 24 de diciembre de 1919. Ya desde muy pequeño supo que su camino estaba orientado hacia el arte, por lo que dedicó su vida a desenvolverse dentro de este maravilloso mundo, hasta volverlo una parte fundamental de sí mismo. Hoy en día es un reconocido representante del tachismo, una forma de arte abstracto desarrollada en su país natal.
Su arte siempre se caracterizó por la marcada presencia del negro, siendo este uno de sus compañeros predilectos dentro de la paleta de colores. Tal es su fascinación que hace unos 40 años, desde 1979, lo tomó como el único protagonista de sus pinturas.
La particularidad del arte de Soulages
Si tienen la oportunidad de apreciar algunas de sus obras, podrán observar distintos tonos. Esto es debido a que la oscuridad contenida en dicho color permite trabajar maravillosamente la luz, que al “abrirse camino” da ese magnífico aspecto de otro mundo, como un portal hacia nuestras propias emociones. Y este es precisamente el efecto único que Pierre busca lograr en sus obras.
Poniendo el alma en cada trazo
Una de las cosas más increíbles del afamado artista conocido como “el pintor del negro”, es que asegura que cada día es capaz de aprender algo nuevo, por lo que a pesar de su avanzada edad, Soulages realiza cada pincelada o trazo en sus obras, sin ayudantes.
Además, ha creado a través del tiempo y la experiencia sus propias herramientas para aplicar la pintura, o rasparla según sea el caso, creando distintos efectos y texturas, obteniendo un resultado fascinante que bien podría mantenernos absotos durante varias horas.
Soulages también tuvo el honor de ser el primero que ha sido invitado en vida a exponer en el Museo Estatal del Ermitage, en San Petersburgo.
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El “otro mundo” del color negro
Para Soulages, el negro es una llave que nos permite entrar en la pintura. Al observarla, la luz que se escapa entre los trazos se extiende frente a la superficie que la sostiene, entonces, el lienzo ya no es capaz de contenerla, y comienza a abarcar incluso el espacio que ocupamos los espectadores.
El juego entre texturas, trazos, volumen y densidad, manejados en los dominios del mundo del color negro, es el responsable de crear esta magia, y Pierre ha descubierto una forma de deleitarnos con esta maravilla por 4 décadas.
Para Pierre Soulages, el ayer es orgullo y tristeza
Lo que importa es el mañana
En 2014, el artista inauguró un museo que posee un ala entera dedicada a exponer sus obras (Museo Pierre Soulages, en Rodez), pero los legados no son su verdadero interés. Por el contrario, a Pierre le emociona más lo que creará mañana. Incluso, podemos aventurarnos a decir que le agrada el futuro, pues una de las condiciones puestas para aceptar la inauguración de dicho museo, fue precisamente que existiera un espacio para la exposición de artistas contemporáneos.
Mientras pinta, Pierre se conecta con su alma y pasa a un estado más allá de lo que podemos entender, lejos de la vida misma. Por eso, para él lo importante es qué logrará plasmar en su próxima obra. Mirar su trayectoria puede hacerle sentir orgulloso, claro, pero al mismo tiempo no es algo que le agrade hacer, ya que para el pintor el arte solo sobrevive gracias a su evolución.
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El arte ancestral es su primera influencia
Desde que lo conoció, ha representado un misterio para él. ¿Qué llevó al hombre ancestral a plasmar estas pinturas? ¿Qué motivación sacudió sus emociones de tal modo?
Este misterio se hace mucho más delicioso cuando tropezamos con lugares como la Cueva de Lascaux, en Francia, la Cueva de Altamira, en España, Arroyo Seco, en Guanajuato, México o Las Cuevas de Toquepala en Perú, donde abundan tanto las similitudes como las diferencias. Entonces comenzamos a comprender más la fascinación de Soulages por este tipo de expresión artística. ¿Tan conectados estamos todos los seres humanos?
¿Entonces las emociones son el fin último de las obras de Soulages?
Ciertamente es algo que podríamos suponer, pues, como artista su intención debe centrarse en alcanzar las emociones del público. Bien sea con una opinión positiva o de desaprobación, lo importante siempre será lograr una reacción, especialmente porque estas obras están creadas para conectar al individuo con su propio ser.
Sin embargo, en algunas oportunidades, el artista ha dejado entender que dichas interpretaciones son ajenas a él, una vez terminada la obra, incluso hasta el punto en que las mismas carecen de título, dando así libertad a la imaginación de cada individuo.
El “Pierre Soulages” dentro de nosotros
Una vez que aprecias una obra de Soulages, tu concepto del arte corre el riesgo de ampliarse tremendamente ante la realización de que con un solo color, puedes abrir la puerta de tu alma. Desde luego, esta es una interpretación muy personal, así como el mismo arte lo es en todas sus formas.
Para mí, Pierre Soulages es historia, es pasado y al mismo tiempo es el presente, y su arte es como una entidad sin tiempo, un hombre que ha vivido lo suficiente como para conocer el alma humana, al menos en una buena parte, y por ello logra que sus obras nos hablen tan profundo. ¿Ustedes qué piensan?